¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS ENTRE EL RUGBY XV Y EL VII?
Creo que hay muchas diferencias tanto dentro del juego como fuera de él, por lo menos en mi experiencia con Teros y Teros VII.
Dentro de la cancha es un juego mucho más atlético e individual, se basa mucho en las individualidades y en la concentración. Cualquier error te puede costar un partido.
Afuera también es diferente porque al ser un plantel reducido se termina formando un grupo más compacto, con mucha unión.
Yendo específicamente a este grupo que me tocó integrar, jugar y compartir mucho tiempo, la unión fue algo que lo caracterizó.
EN EL CASO DEL SEVEN ¿CÓMO SE LOGRA DAR UN SALTO DE CALIDAD EN UNA DISCIPLINA QUE NO TIENE UNA TEMPORADA REGULAR PROPIA EN SU PAÍS?
El proceso arrancó varios años antes de que yo llegue. Siempre fui de mirar mucho rugby, me encantaba ir al Seven de Punta del Este y veía como venía creciendo, pero claramente el rugby profesional impulso a toda la Unión y el Seven fue una de las disciplinas alcanzadas. Pero había una base de jugadores que venía trabajando duro y el año pasado se terminó conformando un mix de jugadores experientes con otros más jóvenes con tremendas ganas de darle y con hambre de cosas nuevas. Nosotros éramos los primeros sorprendidos cada vez que lográbamos algo.
¿POR QUE NO FUISTE AL MUNDIAL DE SUDAFRICA Y SI A LA PRIMERA ETAPA DEL CIRCUITO MUNDIAL?
Desde 2019, cuando el técnico del Seven era Tormenta, yo estuve. Pero no había una competencia fija, estabas para jugar algo específico y después te ibas al XV. Y el año pasado estábamos en Japón de gira con Los Teros y se planteó que un grupo entre los que estaba yo, vaya a jugar seven a intentar clasificar al Mundial y al Circuito. Yo venía arrastrando una tendinitis y cuando volví de Japón estaba destruido. Decidieron pararme un mes y medio y me perdí la preparación para el Challenger en Chula Vista, me perdí el Challenger y cuando me empecé a reintegrar y todavía no estaba al 100, arranqué con el XV, jugamos un par de partidos en Rosario contra Argentina XV.
En noviembre arman la lista de Los Teros para ir a Europa y me toca quedar afuera y el técnico que dice que quieren que me sume al Seven. Esto fue un jueves y el lunes ya salían para Hong Kong a jugar la primera etapa. La idea era que me sume cuando volvían, pero al día siguiente un jugador se golpea la cabeza en el último entrenamiento y me llaman. El lunes estaba viajando con el plantel, sin haber tenido una sola practica de seven hacia meses.
Estuvo muy bueno porque haber quedado afuera de la lista de los Teros había sido un golpe duro para mí y tener revancha inmediatamente me dio un impuso tremendo para seguir.